Protección solar en niños
Llegó el verano, época de vacaciones, sol intenso y calor; por lo tanto, NO debemos subestimar los efectos del sol en la piel de nuestros hijos y es importante enseñarlos a protegerse desde pequeños, porque los efectos de la radiación solar son acumulativos e irreversibles (entre el 50 al 80% de la exposición solar de toda la vida se da antes de los 18 años.) De tal forma, la protección de los niños del sol no sólo evita quemaduras dolorosas, sino que también reduce de forma significativa el riesgo de desarrollar cáncer de piel, en el futuro.
La piel de los niños presenta diferencias respecto de la piel de los adultos y hay que darle la protección adecuada; por lo tanto, debemos considerar las siguientes recomendaciones:
- Uso de protector solar diario antes de salir de casa. La aplicación del protector debe ser mínimo 30 minutos antes de la exposición solar, ya que estos no actúan inmediatamente.
- Utilizar protectores solares con FPS mayor de 30, preferiblemente resistentes al agua o pantallas solares. La efectividad de los protectores solares depende más de su correcta aplicación que del FPS ya que la nomenclatura es variable.
- No exponerse al sol por más de 45 minutos y evitar hacerlo entre las 10:00 y 16:00 horas, ya que los rayos son más intensos a estas horas.
- Reaplicar el protector cada 2 ó 3 horas, en particular si se está bañando en alberca o playa, o en caso de sudoración intensa.
- Aplicar suficiente cantidad de protector solar, extenderlo bien, cubrir áreas del cuerpo expuestas principalmente cara y no olvidar sitios difíciles como orejas, piel cabelluda, labios, entre otros. NO aplicar en párpados, esta parte se protege utilizando lentes.
- No dejar de aplicar protector solar en días nublados o en la nieve, ya que estas condiciones no disminuyen la intensidad del sol.
- Los lactantes menores de 6 meses NO DEBEN EXPONERSE A LOS RAYOS SOLARES DIRECTOS, ya que su piel es más delicada y NO SE DEBE utilizar protector solar en estos niños sino solo en situaciones especiales.
- Además del protector solar, utilizar camiseta, gorra o sombrero y lentes.
- Mantenerse bien hidratado (beber agua frecuentemente).
- Si va a exponerse al sol, evitar sustancias que sensibilizan mas la piel como: colonias, perfumes, etc. y tener especial cuidado al comer cítricos (limón o naranja ) ya que restos del zumo de estas frutas en la piel, al estar en contacto con el sol pueden ocasionar quemaduras y manchas.
- Si un niño llega a desarrollar quemaduras solares, no debe volver a exponerse al sol hasta que la piel este completamente curada.
- Si un lunar o mancha aparece en la piel, cambia de color, de forma, causa comezón, sangramiento o dolor, después de una exposición solar, debe consultar al dermatólogo.
Recordemos que la mejor forma de enseñar a nuestros hijos es con el ejemplo; si nosotros no nos cuidamos del sol, difícilmente ellos lo harán.